Si tenemos en cuenta que, como media, un niño español pasa 270 minutos diarios en el colegio y 218 minutos viendo la televisión, podemos percatarnos de la inmensa influencia que la “caja tonta” puede tener en la infancia. La atención es el mecanismo básico de orientación del niño en el entorno social. La información que absorbe de todo aquello que le rodea conforma su visión del mundo y sus expectativas y terminará dando forma a rasgos muy significativos de su comportamiento. En este contexto, la televisión ejerce un papel fundamental en la percepción que los niños tienen de su entorno.
Los investigadores Pablo del Río y Amelia Álvarez presentan, a través del Proyecto Pigmalión, un completo estudio de la influencia que tiene la producción televisiva actual en la infancia española. Según este informe, la comprensión de la realidad no es un desarrollo que se realice de forma automática sino que se trata de un proceso de construcción por el que el niño aprende a definir conceptos y a diferenciar la ficción, lo imaginario, de la realidad. Básicamente, comienza a confiar en lo invisible y deja de depender de lo visible.
Actualmente, la televisión, junto con la experiencia directa, es el principal medio de construcción de la realidad. La producción televisiva tiene hoy un papel central en la definición del modelo de mundo y de ser humano, es decir, el niño, a través de lo que ve en la televisión, se hace una idea de cómo es el mundo y de las identidades que habitan en él. A partir de esta idea se puede entender la gran importancia que tiene la dieta cultural de nuestros niños para la construcción de una sociedad justa, solidaria y estable.
Años de experiencia en el mundo televisivo encarnando al personaje “Payasín” han guiado al actor Eduardo Sánchez Torel por el mismo camino. En su autobiografía recientemente publicada, Derribando muros, después de tanto tiempo...Payasín, reflexiona sobre el papel fundamental de los medios en la educación de la infancia. “Con estas confesiones y a través de mi experiencia televisiva y vital, quiero demostrar la importancia de un medio de comunicación como la televisión cuando se pone al servicio de la formación humana y cultural de la niñez”. Dando vida a “Don Polilla” y “Payasín”, personajes dedicados a entretener, estimular y educar la mente de los más pequeños, Eduardo Sánchez Torel puso en práctica una forma de trabajar y acercarse a la infancia fundada en la ternura, el respeto, la formación y, por supuesto, el entretenimiento.
Para finalizar, cabe destacar una nueva tendencia en la producción televisiva infantil destinada a “cautivar” a la audiencia. Se trata de la “explotación atencional”, un mecanismo que satura los discursos televisivos con excesivos niveles de ritmo y densidad visual y sonora frente a bajísimos niveles de organización estructural y reflexividad. Así las cosas, los niños españoles cada vez están más expuestos a programas estridentes y provocativos que fomentan la inmediatez y se postulan en contra de la reflexión y la comprensión. Contra este fenómeno, como profesionales de la industria debemos apostar por contenidos más respetuosos con el crecimiento y la maduración de la infancia y, como adultos, asesorar y acompañar a los niños en su descubrimiento del mundo a través de la televisión.
Autora: Elisa Morales
Este articulos es de 2011, imagino que desde esta fecha, los niños siguen pasando mucho tiempo viendo la television sino màs.
ReplyDeleteEn Francia, la poblacion pasa casi 3 horas cada dia (los adultos) a ver la television....
Quizas deberiamos pensar en todas las otras cosas que podriamos hacer en vez de ver la tele: leer, hacer deporte, compartir un tiempo de calidad con la familia o los amigos...