Noruega es un país frío, no cabe duda. Sin embargo, las bajas temperaturas les sientan bien y, al contrario que en la popular canción de Pereza, el intenso frío parece mantenerles las ideas claras.
No es necesario dominar el idioma noruego para hacerse entender en tierras nórdicas. Prácticamente toda la población es bilingüe y se expresa perfectamente en inglés. Este hecho (ya de por sí envidiable y asombroso desde la perspectiva española) se agudiza al centrarnos en la infancia. Los niños noruegos también saben inglés y además, se encuentran muy cómodos hablándolo. Siendo “una española viviendo entre noruegos” me sorprendió mucho poder conversar con niños de doce años que, muy a mi pesar, presumían de tener el mismo nivel de inglés que yo.
Dentro de todas las posibles explicaciones para este fenómeno, me inclino a pensar que la programación televisiva tiene mucho que ver con la pasmosa facilidad de los noruegos para aprender inglés. Como en muchos otros países europeos, las cadenas noruegas no doblan los contenidos extranjeros que programa en sus parrillas. Al contrario que en España, donde parece que hemos generado una especie de fobia a ver películas o series en un idioma que no sea español, los noruegos crecen (física y televisivamente hablando) expuestos a contenidos en inglés diariamente. No sólo la televisión, el cine también opta por subtitular las películas en lugar de doblarlas en el idioma nacional. De esta manera, cuando un niño noruego comienza a ir al colegio y, por lo tanto, a aprender inglés, este idioma no es totalmente desconocido para él y, lo que es más importante, encuentra un refuerzo al llegar a casa donde tiene la posibilidad de ver una serie en el idioma de Shakespeare. Es aquí donde encontramos otro punto a destacar en la programación noruega. A partir de las 6 de la tarde, la cadena pública NRK ofrece desde hace décadas una gran variedad de programación infantil que sigue unos estrictos parámetros de calidad y que, sin renunciar al entretenimiento, refuerza los contenidos que el niño ha adquirido en la escuela. Como comentábamos en uno de nuestros anteriores post, la buena gestión de una televisión para la infancia se torna fundamental en el crecimiento emocional e intelectual de los más pequeños.
En definitiva, creo que a los niños noruegos se les está brindado una gran oportunidad. Todas sus tardes se llenan de contenidos infantiles de calidad y además, muchos de estos contenidos se ofrecen en versión original subtitulada. Poco a poco, como la gota de agua que termina abriendo un surco en al roca, estos niños reciben información en inglés que les facilitará el aprendizaje y el recuerdo de esta lengua fundamental y universal.
Autora: Elisa Morales