Aug 21, 2015

“¡Qué reine el cine!”


 FrançoisTruffaut lo tenía claro. Desde pequeño encontró refugio en las salas de cine, llegando incluso a visitarlas de forma clandestina, entrando por la puerta de salida. Desde los ocho años dejó que el cine se fuese colando poco a poco en su vida, hasta convertirlo en su propia existencia. 
Personalmente es uno de “mis directores”. Lo descubrí hace unos años y me metí de lleno en su universo para entender su modo de hacer cine. Es muy importante saber que sacaba la inspiración de su día a día y rebuscando entre sus vivencias, miedos y deseos. Por eso no es de extrañar que muchas de las claves que funcionan como detonantes en la estructura de sus películas son acontecimientos de su infancia y adolescencia.
Por ejemplo, la mala relación con su madre en Los 400 golpes: su belleza le seduce, pero al mismo tiempo le perturba su sexualidad; siente amor hacia ella, pero a la vez rechazo y este sentimiento aumenta cuando la ve con otro hombre. Siguiendo con el paralelismo de la vida de Truffaut con esta película, al igual que Antoine Doinel, el cineasta empezó a faltar al colegio, llegando a usar la misma excusa que vemos en la película; afirmó que su madre había muerto, siendo esto para él una verdad en cierto modo. También lo fue el robo de la máquina de escribir y el posterior ingreso en un centro de menores. Así pues, podemos afirmar que Antoine Doinel se convirtió en el alter ego del director, ya que siguió con la evolución de este personaje en varios rodajes y siempre podemos reconocer al autor en ellos.

Por otro lado destacamos la figura de René Bigey, su único apoyo en la película y compañero de aventuras, que está inspirado en su amigo Robert Lachenay. En esta relación vemos el estudio de la amistad masculina, aspecto al que François Truffaut da especial importancia y vemos reflejado en gran parte de sus películas, como por ejemplo en  Jules et Jim.
En último lugar, haré un breve apunte sobre el final de la película, ya que es algo ambiguo. Doinel llega a la playa por primera vez en su vida. Está frente al mar, que representa lo nuevo, lo desconocido y la ansiada libertad que persigue a lo largo de toda la película pero enseguida se da la vuelta hacia la tierra, el centro de menores, lo conocido y lo seguro. Y es que, aún teniendo la libertad que buscaba, ésta le resulta algo vacía. Está en el lugar que desea pero no con quien desea.
Respecto a su vida privada, fue un ir y venir de mujeres; cosa que queda patente en sus películas, esa admiración hacia la figura femenina. El papel de ellas no deja indiferente a nadie; mujeres fuertes y con un carácter muy marcado, llegando a veces a la representación de auténticas “femmes fatales”. De hecho, y como dato curioso, en su funeral la mayor parte de los asistentes eran mujeres.

Preocupado por la forma y las estructuras narrativas, sus películas son una combinación de alegría y melancolía. Esto queda reflejado en sus películas a través de la música. Las bandas sonoras las elegía según su estado de ánimo. De este modo detectamos con gran facilidad cómo se encuentra el personaje; esto no es más que otra muestra de la gran influencia del cine mudo en la obra del director.

El humor es otra característica clave en su filmografía y aunque no logre provocar carcajadas en el espectador, sí consigue dibujarnos una sonrisa y esto actúa como contrapunto en los momentos más tristes o reflexivos, y crea cierta complicidad entre el personaje y el espectador. Truffaut sabía hacer la combinación perfecta: alegría, melancolía y humor. Por ejemplo, en Los 400 golpes, a pesar del tono dramático de toda la película, encontramos un toque humorístico y tierno, que nos es transmitido a través de un niño, mostrándonos esa ingenuidad que sólo se mantiene en la infancia.
 En los años 70 ya era un director de prestigio en Francia, con toda la presión que esto conlleva, en medio del vertiginoso ritmo de rodajes. Si a eso le sumamos su separación de Catherine Denueve, el resultado fue una depresión, aunque esto no le impidió seguir sumando éxitos a su filmografía y también a su lista de amantes. Por desgracia, a finales de la década de los 70 empezó a tener graves problemas de salud, hasta que unos años más tarde le extirparon un tumor cerebral, aunque de poco le sirvió, ya que tras la operación solo vivió un año más. Murió en el hospital el 21 de octubre de 1984, a la edad de 52 años.

Mónica Segarra.
 
Revisado: María Del Carmen Muñiz



“Let the Movies Reign!”


 François Truffaut was clear. Since he was a kid he found refuge in the cinema, even visiting them in secret, by entering through the exit door. Since he was eight, he let the movies to slowly brew into his life, until they turned to be his own existence.

Personally, he it is one of "my directors.” I discovered him a few years ago and totally immersed myself in his universe in order to understand his way of filmmaking. It is very important to know that he drew inspiration from his day to day life and rummaging through his experiences, fears and desires. That’s why it isn’t surprising that many of the keys that serve as triggers in the structure of his films are events from his childhood and adolescence.

For example, the weak relationship with his mother in The 400 Blows: her beauty seduces him, but also disturbs his sexuality; he feels love for her, but also rejection and this feeling increases when he sees her with another man. To continue discussing the parallel life of Truffaut with his film, like Antoine Doinel, the filmmaker began to skip school, getting to use the same excuse that we see in the film; saying that his mother had died, and this being for him a truth in a certain way. It was also stealing the typewriter, and his subsequent placement in a juvenile facility. Therefore, we can say that Antoine Doinel became the director's alter ego, as it followed the evolution of this character in several films in which the author can be always recognized.

On the other hand, we emphasize the figure of René Bigey, his only support in the film and sidekick, who is inspired by his friend Robert Lachenay. In this relationship, we see the study of male friendship, an area that François Truffaut gives special importance and we see it reflected in much of his films, such as in   Jules et Jim.

Finally, I will make a brief note on the end of the film, as it is ambiguous. Doinel reaches the beach for the first time in his life. He faces the sea, which represents the new, the unknown, and the desired freedom chased throughout the film, but quickly he turns towards the earth, the juvenile facility, the familiar and the certain. And it is that, even allowing himself the freedom he sought, it is somewhat empty. He is in the place he wants, but not with whom he wants.

In terms of his private life, there is a coming and going of women; an evident aspect which is reflected in his films, as that admiration for the female figure. Their role is not indifferent to anybody; strong women with a well defined personality, reaching sometimes to represent true "femmes fatales". In fact, and as a curiosity, the majority of the attendants at his funeral were women.

Concerned about the form and narrative structures, his films are a combination of joy and melancholy. This is reflected in his films through music. Soundtracks were chosen according to his mood. Thus, we easily detect how is the character; this is just another example of the great influence of silent films in the director’s filmography.

Humor is another key feature in his films, and even though it fails to provoke laughter in the viewer, it does manage to draw us a smile, and this acts as a counterpoint in the saddest or most reflective moments, making certain complicity between the character and the viewer. Truffaut knew how to reach the perfect combination: joy, melancholy and humor. For example, in The 400 Blows, despite the dramatic tone of the whole movie, we find a humorous and tender touch, which is transmitted to us through a child, who shows us  that naivety which only prevails in childhood.

In the '70s, he was already a famous director in France, with all the pressure it brings, besides the blistering pace of filming. If we add his separation from Catherine Deneuve, the result was a depression, although this did not stop him adding success to his films, and to his list of lovers. Unfortunately, in the late '70s he began to have serious health problems, until a few years later that a brain tumor was removed, but little it served, since after the operation he only lived a year. He died in the hospital on October 21, 1984, at the age of 52.


Mónica Segarra

Review: María Del Carmen Muñiz 

 
 
 

No comments:

Post a Comment