Ganador de la Concha de Plata al mejor director en 2014 y la
Concha de Oro a la mejor película por Magical Girl, Carlos Vermut es uno de los máximos
representantes del cine de autor que tenemos en la actualidad. En él podemos
ver claras influencias de Buñuel, Saura o David Lynch.
Debutó con Diamond Flash en el año 2011, la cual se estrenó
de manera independiente y directamente por internet a través de Filmin,
siendo la película más vista durante un par de semanas. En cambio, ha sido con Magical Girl donde ha alcanzado mayor
reconocimiento.
Reconozco
que yo lo hice un poco al revés. Me enteré de Magical Girl un poco tarde y para cuando la
quise ver ya no estaba exhibiéndose en ninguna sala, aunque por suerte encontré
una proyección en un teatro y allí que fui. Desde la primera escena, la película
te atrapa y deja claro que no vas a ver una película más, tanto la historia que
nos cuenta, como estéticamente. Hay una simetría en los planos que se mantiene
a lo largo de todo el rodaje pero eso es algo de lo que hablaremos más adelante.
Cuando digo que lo hice un poco al revés me refiero al orden. Primero vi Magical Girl y al volver a casa, busqué información
sobre Carlos Vermut y qué otros trabajos había hecho. Es
aquí cuando entra Diamond Flash, que me dejó todavía más atónita
que la película con la que estaba arrasando en taquilla.
Diamond Flash es un rodaje hecho con pocos
recursos pero no tiene nada que envidiar a grandes producciones. Nos deja con
muchas preguntas abiertas; preguntas en las que el espectador tiene que dejarse
llevar por la imaginación y responder sin miedo a nada. Tenemos a cinco mujeres
en situaciones muy complicadas pero para nada estereotipadas. Tal vez sea esto
lo que hace especial la película y es que nos muestra a cada personaje tal y
como es; con todas sus cargas. No hay un intento por agradar al público, por
convencerlo de nada.
Hay muchos
puntos en común entre Magical Girl y Diamond Flash. Se presentan por ejemplo, los
largos silencios. Éstos, por un lado, son una forma de darle tiempo al
espectador para que asimile lo que está escuchando y se detenga en el guión pero
a la vez, se pasa de los silencios a escenas violentas sin apenas dejarnos
tiempo para reaccionar. Los decorados también son un elemento importante:
espacios cerrados y mono-cromáticos, silenciosos, crean la atmósfera perfecta
para que los personajes hagan el resto. Además, los planos son muy estáticos y
con pocos movimientos de cámara. Esto hace que el espectador centre su atención
en los diálogos y las acciones que tienen lugar dentro del cuadro. En ambas
películas, los personajes tienen gran carga emocional y expresiva y al mismo
tiempo, hace un ejercicio de contención impresionante, sobretodo en Magical Girl.
En Magical Girl cuenta una historia basada en los
chantajes y los celos en la que destacan los personajes y sus (malas)
decisiones. Hay tres historias con un nexo en común. Bárbara es una
representación de la femme fatale pero
al mismo tiempo se la ve una mujer increíblemente débil. A simple vista parece
una chica más, cualquiera que te podrías encontrar por la calle pero a su vez
es muy enigmática. Esconde un pasado y grandes secretos que el público se tiene
que imaginar, ya que Vermut no develó el pasado de los
personajes ni a los propios actores, para así alimentar esta sensación de
incertidumbre que les rodea. Por otro lado, el padre que busca satisfacer a su
hija enferma con un regalo extremadamente caro, cuando la niña lo único que
quiere es su cariño y compañía. Éste es por cierto, un personaje que también me
gustaría destacar, el de la niña. A pesar de ser la más pequeña de todos,
muestra una entereza y una valentía que ninguno más es capaz de demostrar y
esto queda más que demostrado en una de las últimas escenas, con una mirada
firme y desafiante que no se rinde nunca.
Esta
película nos da la sensación de que Carlos Vermut está decepcionado con el modo de
actuar de las personas y es por eso que lo lleva al extremo, un extremo al que
no estamos acostumbrados. No es lo que denominaríamos una película “cómoda”,
por decirlo de alguna manera. Tiene momentos difíciles, pero al mismo tiempo
crea un magnetismo que no te permite despegar los ojos de la pantalla. No ves
lo que quieres ver, pero es lo que hay; nos sorprende. Son personajes y
situaciones a los que no estamos acostumbrados. Por esto mismo es una película
que hay que ver, tanto por la historia como por la forma y la narrativa que
tiene, la manera de enlazar a tres personas tan distintas y en situaciones con
esos límites.
Básicamente
en sus dos películas juega de esta forma, llevando a los personajes a un límite
y a partir de ahí, a ver qué pasaría. En Magical Girl son personajes en situaciones
desesperadas y que actúan del peor modo posible. En este sentido nos muestra la
peor cara del ser humano; se pueden hacer las cosas bien, mal o muy mal y ellos
deciden armar un lío. Esto es lo que creo, hace tan especial esta película. Por
otro lado, en Diamond Flash, el director quería preguntarse qué
es lo que ocurre en los márgenes de la ficción, como por ejemplo las reacciones
psicológicas que afloran cuando un superhéroe te rescata.
También en
ambos rodajes, el guión tiene gran parte de crítica. En Diamond Flash hacia la pedofilia, el incesto o el
maltrato, entre otros y en Magical Girl hacia la situación económica que
estamos viviendo. De hecho, tenemos que destacar el monólogo de José Sacristán casi al final de la película, el
cual da un buen repaso a lo que se está viviendo actualmente.
No son
películas fáciles de digerir ni mucho menos pero no te dejan indiferente y esto
hace que meses después las sigas recordando y recomendando. Magical Girl se ha estrenado hace poco en
Francia con 45 copias y recaudó 11.000€ en su primer fin de semana. Aquí puedes
ver el tráiler de Magical Girl y el de Diamond Flash.
Mónica Segarra
THE CARLOS
VERMUT UNIVERSE
Winner of
the Silver Shell for Best Director in 2014 and the Golden Shell for best film
by Magical
Girl, Carlos
Vermut is one of the leading representatives of auteur
cinema that we have today. In it, we can see a clear influence from Buñuel, Saura and David
Lynch. (Vermut 1)
He debuted
in 2011 with Diamond
Flash, which premiered independently and directly online,
through Filmin, being the
most watched film for a couple of weeks. Instead, it has been Magical
Girl where he has achieved greater recognition.
I recognize
that I did a bit of backwards viewing with the movies. I learned about Magical
Girl a little late and when I wanted to see it, it was no
longer played at any cinema, but fortunately I found a projection in a theater
and went there to see it. From the very first scene, the movie grabs you and
makes it clear you're not going to watch another common movie, not only with
the story being told, but aesthetically as well. There is symmetry in the
planes which is maintained throughout the film, but that's something we'll
discuss later. When I say that I did a bit of backwards viewing I am referring
to the order. I first saw Magical
Girl and went home to search who Carlos
Vermut was and which other works he had done. This is when Diamond
Flash appears, which left me even more stunned than the
film that was his ticket hit.
Diamond
Flash is a film made with few resources, but it has nothing
to envy blockbusters. It leaves us with
many open questions; those that the viewer let go with his imagination and respond
without fear at all. Here we are in front of five women in very difficult
situations, but not a bit stereotyped at all. Perhaps, this might be what makes
the film so special; that each character shows itself the way they are; with
all their burdens. There is no attempt to please the public and convince it of
anything. (Vermut 2)
There are
many commonalities between Magical
Girl and Diamond
Flash. We can take
for instance, the long silences. It is a way of allowing the viewer to
assimilate what is being heard and to pause in the script, but at the same time
we move from those silences to violent scenes without even having time to
react. The sets are also an important element: closed, monochromatic, and
silent spaces create the perfect atmosphere for characters to do the rest. In
addition, the shots are very static and with few camera movements. This makes
the viewer to focus the attention on those dialogues and actions that take
place within the frame. In both films, characters have a big emotional and
expressive load and at the same time, it allows an impressive exercise
restraint, especially in Magical
Girl.
In Magical
Girl we see a story based on blackmail and jealousy, where
outstanding characters and their (bad) decisions stand out. There are three
stories with a common link. Barbara is a representation of the femme fatale, but at the same time she
is seen as an incredibly weak woman. At a first glance, she looks like every
common girl you could find anywhere on the street, but in turn she is very
enigmatic. She hides her past and big secrets that the audience has to imagine,
since Vermut did not
reveal the past of the characters, not even to the actors in order to nurture
this sense of uncertainty that prevails around them. On the other hand, the
father who seeks to satisfy his sick daughter with an extremely expensive gift,
when the girl just wants his love and companionship. By the way, this is a
character I would also like to emphasize, the girl. Regardless of being the
youngest of all, she shows the strength and courage that no one else is able to
show and this is more than proved in one of the last scenes, with the stern and
defiant look of the one who never gives up. (Vermut 3)
This film
gives us the feeling that Carlos Vermut is
disappointed with the way people act, and that is why he leads it to the end,
the kind of feeling to which we are not used to view. It is not precisely what
we would call a "comfortable" movie, so to speak. It has its
difficult moments, but at the same time it creates a magnetism that does not
let you take your eyes off the screen. You don’t see what you want to see, but
it's there and it surprises us. Those are characters and situations to which we
are not commonly used to. That is why this is a must-see film both for the
history, the shape, and the narrative it brings, the way it links three very
different people, and for situations with such limits.
Basically,
in these two movies he plays this way, leading the characters up to a limit and
from there, to see what would happen. In Magical
Girl, there are characters in desperate situations and
acting in the worst possible way. In this sense, he shows us the worst side of
human being; things could be done well, wrong or very wrong, and they decide to
make a fuss out of it. This is what I think makes this film so special. In
contrast, in the movie Diamond
Flash, the director was wondering what happens within the
limits of fiction, as for example, those psychological reactions that surface
when you are saved by a superhero.
Also, in
both films the scripts have much criticism. In Diamond
Flash towards pedophilia, incest or abuse, among others; in
Magical
Girl towards the economic situation we are living. In
fact, we must emphasize the monologue by José
Sacristán near the end of the film, which gives a good overview
on what we are currently living.
These are
movies not easy to digest, least of all, but they do not leave you indifferent,
and this makes you to remember and recommend them months after. Magical
Girl was recently released on 45 screens in France and
grossed € 11,000 during its first weekend. You can here watch the trailer for Magical
Girl and Diamond
Flash.
Reviewer:
María Del Carmen Muñiz
María Del Carmen Muñiz
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