El
pasado 4 de septiembre tuvo lugar en La Fábrica un encuentro con Daniel Monzón, uno de los directores españoles más
reconocidos en este momento tanto por el público como por la crítica. El
encuentro se desarrolló durante dos horas y tuvo como fin hablar sobre el
último trabajo del director, la película española más exitosa del momento: El niño. Su
historia es la de dos jóvenes -el Niño y el Compi- que quieren iniciarse en el
mundo del narcotráfico, y la de dos agentes de Policía Antidroga –Jesús y Eva-
en busca de El Inglés, sospechoso de tener control desde Gibraltar sobre el
tráfico de cocaína. Dos mundos enfrentados y complejos, ambos representados en
un thriller de acción frenética con
una producción impecable.
Daniel
Monzón comenzó el encuentro reconociendo lo afortunado que era por el éxito que
estaba teniendo su película, sobre todo en su primer fin de semana (450.000
espectadores). Afirmó: “Las películas que no arrancan fuerte la primera semana
están muertas”. Tiene parte de razón, teniendo en cuenta el mercado tan
competitivo en el que se mueven las películas españolas, casi siempre
insignificantes ante el gran aparato de Hollywood. Y es que Monzón ha
traspasado fronteras con sus películas; de hecho, aprovechó para contar dos de las propuestas
que había recibido desde EE. UU. pero que rechazó: dirigir Furia de titanes 2 y el remake
estadounidense de Celda 211.
Esta
película es una de las pocas supervivientes en estos años complicados para el
cine español, que se sustenta principalmente a base de fenómenos boca-oreja
como el de esta película u otras como la archiconocida Ocho apellidos vascos. Sin
duda, para Monzón es esencial hacer un cine que entretenga, que combine una
visión personal y un contenido de calidad, pero ante todo que no aburra al
espectador.
Al
evento acudieron varias jóvenes promesas de la interpretación -entre ellas
Román Reyes, ganador del premio a Mejor Actor en la XI edición del Notodofilmfest-,
quienes se encargaron de hacer varias
preguntas al director mallorquín. Gracias a ellos y al desparpajo de Monzón,
quién demostró un profundo entusiasmo por su oficio, aprendimos una serie de
cuestiones acerca de El Niño.
La
película contó con un presupuesto de seis millones y en un comienzo se
pensó rodarla en inglés, puesto que
varias productoras estaban interesadas en el proyecto; pero Monzón quería hacer
un retrato naturalista y veraz, por lo que se desechó tal opción.
Según
Monzón, las películas parten de ideas que te fascinan y producen tal obsesión
que tienes que filmarlas. Muchas veces son imágenes que te evocan una sensación
o emoción determinada las que te llevan a escribir un guión; pero siempre que
se rueda una película hay que pensar en su esencia, lo que te lleva en una
determinada dirección.
El
trabajo tanto con los actores como con el equipo fue de absoluta colaboración;
los actores eran libres de adaptar las escenas a su propia situación y forma de
interpretar, sin desviarse por supuesto de las pautas básicas que rige la
historia. Monzón ante todo buscaba crear autenticidad, y por eso, gran parte de
los actores son gente de la calle, sin conocimientos de interpretación. Sin
embargo, estos “delincuentes” en la película tuvieron que hacer frente a
monstruos de la interpretación como Luis Tosar, Eduard Fernández, Sergi López y Bárbara Lennie. Según comento Monzón, ambos bandos
tuvieron que ponerse las pilas, ya que unos se enfrentaban a la experiencia y
la sabiduría, y los otros, a la frescura y la juventud. Ante todo, el
mallorquín demostró un profundo respeto por todos sus actores, quienes, tanto
si tenían un papel significativo en la película como un pequeño papel en una
escena, eran actores protagonistas.
Con
esta película también hemos asistido al
nacimiento de ese nuevo galán andaluz que cautivó a Daniel Monzón en el
casting de la película: Jesús Castro. “Vi
unos ojos…”-eso fue lo que nos confesó el director-: “Unos ojos muy
interesantes, una mirada magnética”. Según él, hay personas que sufren una
total transformación en cámara aunque fuera de ella no sean tan llamativos.
El
encuentro se resolvió con elogios de varios de los asistentes hacia Monzón y su
espléndido trabajo con esta película; muchos afirmaron sentir una profunda
tensión al verla. El público salió con una sensación de optimismo y ganas de
ver y hacer más cine que nunca.
Diego Martín
Meeting with Daniel Monzón
The 4th of September there was a meeting
with Daniel Monzón in La Fábrica. He is currently one of the
most recognized Spanish directors, both by the audience
and the critic. The meeting lasted two
hours and was intended to talk
about the latest work of the director,
the most successful Spanish film of the moment: “El Niño”. It tells the story of two youngs
- el Niño and
el Compi- who want to enter in the drug business,
and two drug squad agents –Jesús and Eva- who are looking for “el
Inglés”, suspect of controlling
cocaine trafficking from Gibraltar. Two faced and complex
worlds, both represented in a
frenetic thriller with a flawless
production.
Daniel Monzón began
the meeting by recognizing how
fortunate he was for the success
the film was having, especially in its
first weekend (450,000 viewers). He said: "The
movies that do not start strong the first week are dead". He is
kind of right, given the highly competitive
market in which Spanish movies move, almost
always insignificant to the
great Hollywood system. Monzón happens to have transcended borders with his films; in fact, he said two of the proposals he had received from the United States, but that he rejected: directing “Clash of the Titans 2” and the American remake of
“Celda 211”.
This movie is one of the few survivors in these difficult
years for the Spanish cinema, based mainly
based on WOM phenomena,
like this film or
others like the well-known “Ocho Apellidos Vascos”. Certainly, for Monzón is essential to make an entertaining
movie; a movie which combines a personal vision with
quality content, but, above all, a movie that doesn’t
bore the spectator.
The event brought together some young up-and-coming actors, among which there was
Román Reyes, Best Actor at the XI edition of Notodofilmfest; they
made several questions to the director.
Thanks to them and Monzón’s
self-confidence, who showed
a deep enthusiasm for his craft, we learned some issues about
“El Niño”.
The film had a budget of
six million Euros and it was initially thought
to be shot in English, as several producers were
interested in the project; but Monzón
wanted to make a naturalist and
truthful portrait, so that option
was discarded.
According to Monzón, movies are based on ideas that fascinate you and
produce such an obsession that
you have to shoot them. There are often images that evoke a certain feeling or
emotion that drive you to write a script; but whenever you make a movie, you must always note its essence,
which will lead you in a certain
direction.
The work with both the cast and the
crew was completely cooperative;
the actors were free to adapt the
scenes to their own situation and way of interpreting, without deviating from the basic guidelines of the story. Monzón primarily aimed to create authenticity, and so, many
of the actors were average people,
without any interpreting knowledge. However,
the "criminals" in the film had to deal with masterful
actors such as Luis Tosar, Eduard Fernández, Sergi López and Bárbara Lennie. As Monzón commented, both sides had to pull their socks up, since some had to face experience
and wisdom, and others, freshness and youth. Anyhow, Monzón showed a deep respect for all his
actors, who, whether they had a significant
role in the film or a small role
in a scene, were protagonists.
With this film we have also witnessed
the birth of the new Andalusian
heartthrob who charmed
Daniel Monzón during
the casting of the film: Jesús Castro. "I saw
his eyes...", the director confessed: "Very interesting eyes, with a magnetic gaze". According to him, some people suffer a total transformation on camera,
although off camera they are not as flashy.
The encounter finished with compliments
from several attendees to Monzón and its splendid
job with this film; many
affirmed to have felt a deep tension while watching it. The audience
left the room with a sense of optimism
and a desire to watch and make more movies than ever.
Diego Martín
Review: Pilar Colomo
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