A veces el
nombre de pila con que se nos da a conocer a tal o cual personaje define al
mismo por las propiedades de adjetivo-sustantivo que este posee. Simplemente
damos por buena la condición de unos u otros teniendo en cuenta como referencia
ese apodo, nombre, seudónimo, o dígase del nominativo a la vez definitorio del
individuo en cuestión, que se supone va a darnos una idea bastante aproximada
del papel que vaya a desempeñar tal personaje en la historia donde deba
desarrollarse.
Pero también
puede suceder que este mismo nominativo sea todo lo contrario de lo que expresa
su significado, ya sea por irónicos caprichos del responsable de aplicar tan
singular agua bautismal, o bien (como este es el caso), porque el cuento
originario cambia de registros, poniendo patas arriba los roles que en
principio pertenecían a unos, y que ahora por arte de la pluma del guionista de
turno, pasan a ser dominio del otro.
La factoría Disney
pone en manos de Robert Stromberg,
director de la cinta y responsable directo de portentos visuales con sello de
la casa FX, tales como Los juegos del hambre,
La vida de Pi
o La brújula dorada,
entre otros, esta versión o mejor dicho, remodelación profunda del cuento de Charles Perrault, que disiente
considerablemente con el clásico que la misma casa llevara a la gran pantalla
en 1959. El cuento no es como nos lo habían contado, y eso en este caso, vistas
las innumerables calcomanías de grandes clásicos con las que las grandes
productoras tienen a bien deleitarnos a falta de elixires más suculentos, es de
agradecer no sólo el cambio de dirección decidido por los responsables, sino el
acierto en esa modernización a nivel de actitudes que se nos muestra en Maléfica.
Dejar de lado los estrictos terrenos acotados referentes al personaje malo
malísimo y al merecedor del cielo desde la primera toma, y dejar fluir las
diferentes emociones que perfectamente pueden solaparse unas con otras, dejando
claramente a la vista la dualidad del ser humano con respecto a bondades y
tropelías.
A los más que
plausibles y embaucadores efectos digitales en los que se basa la cinta, se
añade un ingrediente básico para que este cóctel de fastuosos y convincentes
elementos visuales, sea del todo apetecible. Y es que Angelina Jolie
(Maléfica), es el referente obvio con que nos topamos a la hora de comprobar
que nadie le hace sombra en esto de competir por los favores del respetable. Un
hada de facciones imposibles que acaba hechizando tanto dentro como fuera de la
pantalla. Ni siquiera la joven Elle Fanning
(Aurora), ni el belicoso Sharlto Copley
(Rey Stefan) hacen mella en la incontestable puesta en escena de un hada que no
es tan odiosa como creíamos.
Carlos Pérez
Maleficent
Sometimes the name with which a certain character is
made public defines him by properties of adjective-noun that this character
has. Just approve the condition of one or the other keeping in mind as a
reference that nickname, name, pseudonym, or said of the nominee also defining
the individual in question, which is going to give us a fairly rough idea of
the role this character is going to play in the story where it should develop.
But it can also happen, that this same nominative is
quite the opposite of what expresses its meaning, either by ironic whims of the
responsible person for giving such a unique baptismal water, or (as this is the
case), because the original story changes its code, messing up the roles that
at the beginning belonged to some characters, and that now (as if by the quill
of the scriptwriter) suddenly belong to some others,
The Walt Disney Company gives to Robert Stromberg,
director of the film and directly responsible for visual prodigies with the
signature of the FX House, such as, “The Hunger Games”, ”Life of Pi", or "The Golden Compass" among others, this version or rather, deep
reshuffle of the tale by Charles
Perrault, which significantly disagrees with the classic that same house
brought to the big screen in 1959. The tale is not as they had told us, and in
this case, seen the countless copies of the great clasics with which the
largest producers kindly delight us in the absence of more succulent elixirs,
in this case is welcomed not only the change of direction decided by
policy-makers, but also the success in the modernization at the level of
attitudes that we are shown in "Maleficent". This way we set aside the strict dimensional grounds
concerning the bad guy and the heaven worthy one from the first shot, and let
flow the different emotions that can perfectly overlap each other, clearly
exposing the duality of the human being with regard to benefits and outrages.
To the more than plausible and trickster digital
effects on the film, we have to add a basic ingredient to make this cocktail of
magnificent and convincing visual elements entirely tempting. And Angelina Jolie (Maleficent) is the obvious reference with which we
run into when it comes to check that no one overshadows her in competing for
the favors of the audience. A fairy of impossible features, that enchants you
inside and outside of the screen. Not even the young Elle Fanning
(Aurora), nor the bellicose Sharlto Copley
(King Stefan) feel the pinch in the irrefutable staging of a fairy that is not
so odious as we thought.
Carlos Pérez
Review: Pilar Colomo
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