El
pasado 19 de octubre se estrenó la película que quizá sea la mayor revelación
del cine español en lo que va de siglo: Magical Girl; una película
insólita, potente, muy bien escrita, en la que se juega con el espectador y con
su grado de perversidad. Los dos premios del festival de San Sebastián –Concha
de plata a mejor director y Concha de Oro- albergaban grandes esperanzas en los
espectadores y tras un primer visionado, al que seguirán otros cuantos, podemos
decir que no ha decepcionado en absoluto.
Tuvimos
la suerte de asistir a un encuentro de Carlos Vermut en la
librería 8½ para hablarnos un
poco sobre su película. Estas son algunas pinceladas de lo que contó:
Ha
sido comparado por la crítica con directores de la talla de Saura, Buñuel o Zulueta; Vermut
admira a directores tan dispares como Tarantino y Nacho Vigalondo. Le
apasionan las películas en las que no se sospecha lo que va a pasar, en las que
cualquier cosa puede suceder; confiesa que no le molesta ser manipulado o no
tener todas las respuestas mientras la película le atrape, le emocione.
Vermut,
quien financió su primera película (Diamond Flash) con
sus propios ahorros, reconoce que hay un cierto miedo entre la juventud a hacer
películas debido en gran parte a la presión y expectativas de los compañeros y
de la familia.
Su
principal miedo es perder la ilusión por hacer películas, especialmente en
momentos de promoción, en los que termina exhausto; teme sumergirse tanto en el
cine que pierda la noción de la realidad. Considera que el cine no es un trabajo,
pero entiende que es una industria, en la que hay una financiación y debe haber
unos beneficios; entiende que si los productores no recuperan su dinero, no le
permitirían hacer una próxima película.
Según
Vermut, un director debe conocerse así mismo y su manera de trabajar, y saber
comunicarse con su equipo, ya que la comunicación es la principal herramienta
de trabajo de cualquier director. “Hay que lanzarse y cagarla”, palabras
literales del director. Se reconoce como un director planificador e intuitivo;
siempre empieza a dirigir desde la escritura del guión. Le gustan las
casualidades en las películas cuando amplían la trama, pero no cuando se usan
para resolverla. Considera que las películas nunca deben ser reivindicadas por
su presupuesto: ni los blockbusters
ni las películas low-cost; cada una
exige el presupuesto que le corresponde.
Para
terminar, el director dedicó un breve espacio a hablar acerca del cine
asiático: alabó la exquisita sensibilidad del cine coreano, y resaltó algunas
grandes joyas del cine japonés. Algunas de las películas que nos recomendó son:
La mujer de arena, La cara del otro, La bestia ciega o Manji; y también cortometrajes como Judgement o El hombre elefante 2.
Diego Martín
“Magical girl”, meeting with Carlos Vermut
Last October 19th
it was released the
movie which may be the greatest Spanish cinema revelation in the last century;
an unusual, powerful and well-written movie, which plays with the audience and their
degree of perversity: “Magical Girl”. The two awards of the San Sebastian festival
–Silver Shell for best director and Golden Shell- caused great hope on the spectators; and after a first viewing, which will be followed by
several others, we can state it has not
disappointed us at all.
We were fortunate to attend a meeting
with Carlos Vermut in the library 8½ (center of Madrid) to tell us about his movie. Here
are some hints of what he told us:
He has been compared by critics to directors
such as Carlos Saura, Luis Buñuel and Iván Zulueta; Vermut
admires directors as diverse as Tarantino and
Nacho Vigalondo. He loves movies
in which you do not suspect what
is going to happen, anything is possible;
he admits he doesn’t mind being manipulated or not having all the answers, as long as the film
catches his attention and excites him.
Vermut, who financed his
first film (“Diamond Flash”) with his own
savings, recognizes that there is a certain fear among the youth to
make movies, largely due to the
pressure and expectations of
peers and family.
His main fear is losing
enthusiasm for making movies, especially in times of promotion, when he ends really exhausted; he fears
to be so immersed in cinema that he
losses track of reality. He doesn’t consider cinema as a
job, but understands that it is
an industry in which there is a
funding and there must be a
profit; he understands that if
producers do not recover their
money, they wouldn’t allow him to have an upcoming movie.
According to Vermut, a director must know himself, the
way he works and how to
communicate with his team, because
communication is the main tool
of any director. "You have to jump in and screw up",
these are the director’s literal words. He
sees himself as a planner and intuitive professional;
he always starts to direct from
the script. He likes coincidences
in movies when they broaden the plot, but not
when used to solve it. He considers that movies should
never be claimed by their budget:
neither blockbusters nor low-cost movies;
each one requires its own specific
budget.
Finally, the director gave a short talk about
Asian cinema: he praised the exquisite sensitivity of Korean cinema,
and highlighted some great gems of Japanese cinema. Some of the films which
he recommended are: “Woman in the Dunes”, “The Face of Another”, “Manji” and “Blind Beast”; and shorts like “Judgement” or
“Elephant Man 2”.
Diego Martín
Review: Pilar Colomo
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