Hacia el año 1965, Joana
Biarnés se coló en el avión privado de los Beatles y después en su habitación
del Hotel Avenida Palace de Barcelona. Lo único que ella buscaba era ser una fotógrafa.
Los periódicos descartaron su reportaje gráfico por hacer alarde de su estilo
de vida hippie y atentar contra el régimen.
El documental “Una entre todos” hace de homenaje y lección de historia para reclamar a una de las
grandes olvidadas de nuestro país. Después de recorrer varias salas de nuestro
país, pudimos disfrutarlo en la Cineteca del Matadero de Madrid el 12 de abril.
Joana fue la fotógrafa
preferida de Dalí y recibió un beso afectuoso de Clint Eastwood sobre la alfombra
roja de los óscar. Ahora, a punto de cumplir 81 años nos deleita con grandes e
intensos momentos: “Ahora
entiendo cuando Raphael me hablaba de sus semanas de promoción” , “Yo
nunca creí en mi trabajo”, “Para
poderme incorporar a esta profesión tuve que sufrir unos cuantos latigazos. Me
flagelaron bien. Pero yo quería que mi padre se sintiese orgulloso y plantarles
cara a todos”
En su profesión tuvo dos
golpes duros: El primero fue cuando un árbitro para un partido de futbol para
instarla a abandonar el campo: “Me
llamaron guarra, las gradas me rodearon mientras chillaban y pitaban”.
El segundo mal trago lo sitúa
en el Matadero de Barcelona, donde le obligaron a hacer un reportaje en
profundidad de la carnicería: “Sabían
que odiaba la sangre, no soportaba las corridas de toros y me pusieron a
prueba. También fue la primera vez que me dijeron que iba a ser una gran
reportera”
Mientras la sociedad
avanzaba y se despojaba con timidez del lastre retrogrado, Biarnes conquistaba
a personalidades y celebridades de la época.
Cuando la crónica de
actualidad y el periodismo a pie de calle no servían de reclamo, le forzaron
para dirigir sus fotos hacia el escándalo y el morbo.
“El
director de una revista me enseñó unas fotos de Lola Flores y sus hijos
vestidos de reyes magos como ejemplo de lo que vendía”
Fue aquí cuando de decidió
abandonar y abrir un pequeño restaurante con su marido en Ibiza. El resto es
historia. http://sabesquienesjoanabiarnes.blogspot.com.es/
Marta Martín
THE
INCREDIBLE STORY OF THE FIRST WOMAN PHOTOJOURNALIST
By 1965, Joana Biarnés sneaked into the private plane of the Beatles and later in his room at the Hotel Avenida Palace in Barcelona. All she wanted was a photographer. Newspapers discarded their photojournalism by flaunting her hippie lifestyle and undermine the regime.
The documentary "A together" makes history lesson homage and to claim one of the great forgotten of our country. After touring several rooms of our country, we could enjoy it at the Cineteca Matadero Madrid last April 12th.
Joana was the preferred photographer of Dali and received an affectionate kiss of Clint Eastwood on the red carpet at the Oscars. Now, about to turn 81 years delighting us with large and intense moments: "Now I understand when Raphael was telling me about his week promotion", "I never believed in my work","So I could incorporate into this profession had to suffer a few lashes. I was flogged well. But I wanted my father felt proud and face them all "
In her profession she had two hits hard: The first was when a referee for a soccer match to urge it to abandon the field: "They called me a slut, the stands surrounded me while screaming and honking"
The second bad shot puts him in the Matadero de Barcelona, where he was forced to make an in-depth of the carnaje: "They knew they hated blood, could not bear bullfights and I tested. It was also the first time they told me it would be a great reporter "
As society progressed and stripped of retrograde shyly ballast Biarnes won over personalities and celebrities of the time.
When chronic topical and journalism at street no claim served, he was forced to send their photos to the scandal and morbidity.
"The director of a magazine showed me some pictures of Lola Flores and her children dressed magi as an example of what he sold"
It was here when decided to leave and open a small restaurant with her husband in Ibiza. The rest is history.
Marta Martín
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