El
artista lanza una cuestión que continúa presente en él, “¿en qué punto el árbol
deja de ser árbol y se convierte en una abstracción?”
La obra del pintor expresionista
Albert Oehlen está expuesta en el Museo Guggenheim de
Bilbao hasta el 5 de febrero. ‘Detrás de la imagen’ es un conjunto de obras que abarcan los
autorretratos, las pinturas abstractas, por ordenador y serigrafías cuyo eje
principal es la idea del árbol. En una conferencia ofrecida por el 19º
aniversario del museo donde explicó los entresijos de la exposición mostró
firmeza ante sus objetivos, “yo creo porque me propongo una tarea, conseguir
algo nuevo”.
Es uno de los artistas
más controvertidos de la posguerra en Alemania. Influenciado por Joseph
Beuys o “el chiflado del sombrero”, se convirtió en miembro
del Lord
Jim Lodge junto
con Matin Kippenberger o “el showman del grupo”. “Yo no soy historia, soy parte
de ella”, dijo un joven Oehlen inmerso en los años sesenta, una época en la que
“la pintura se sentía dolida”. Eran una conspiración, es decir, “un grupo de
nóveles pintores que creaban pinturas modernas sin implicación social alguna”,
rememoró el creador contemporáneo.
Oehlen defendió su
postura de no atribuir un significado a su exposición, incitando al público a
que se busquen a sí mismos detrás de la imagen y a que den más valor al porqué
y al cómo, “simplemente miro lo que se ha conseguido y busco lo que falta”. Sin
titubeos y con total convicción afirmó que el 50% de la invención del expresionismo abstracto es atribuible a
su trayectoria profesional.
Su inmersión en la
abstracción comenzó en 1988 cuando decidió instalarse en Andalucía con otro
miembro de la generación ‘enfants terribles’, Kippenberger.
“Fue una etapa en la que todos mis óleos eran feos”, admitió el propietario de
un estudio en Bermeo. Tras días y noches de convivencia y reflexión conjunta
llegaron a la conclusión de que su único afán era conseguir un cambio, pero al
contrario que su amigo y catedrático de la Universidad de Kassel, siendo fiel a
la pintura.
En 1992 comenzó un reto,
profundizar en los movimientos realizados por la mano con el ratón. Las ‘pinturas
por ordenador’ no han supuesto el abandono de la pintura como técnica
principal. Oehlen creaba dibujos en
blanco y negro con el ratón de las primeras computadoras aprovechando las
pixelaciones debido a la mala calidad. Después las serigrafiaba y las pintaba
en el lienzo.
La última parte de la
exposición está enfocada en los ‘Árboles’. Creados sobre láminas de
polietileno, el artista lanza una cuestión que continúa presente en él, “¿en
qué punto el árbol deja de ser árbol y se convierte en una abstracción?”. Esta
serie presenta imágenes con estructuras arbóreas de color negro sobre fondos
donde predomina el magenta.
Alba Ariz Rodríguez
“The 50% of the invention of
abstract expressionism is attributable to my person”, Albert Oehlen
The artist launches a matter
which continues present inside him, ¿in which point the tree stops being a tree
and turns into an abstraction?
Expressionist painter Albert Oehlen´s work is
exhibited at the Guggenheim Museum in Bilbao
until the 15th of February. ‘Detrás de
la imagen’ (‘Behind the Image’)
is a combination of paintings including self-portraits, abstract and computer
paintings and serigraphs whose main focus is the idea of the tree. In a
conference that he gave in the museum due to its 19º anniversary, he explained
the hidden details of the exhibition showing firmness about his aims, “I create
because I propose myself a task and to get something new”.
Oehlen is one of the more controversial artists of the
postwar in Germany. He is influenced by Joseph Beuys or “the crackpot of the hat” and became part of Lord Jim Lodge, with Matin Kippenberger or “the showman of the
group”. “I´m not history, I’m part of it”, said a young Oehlen immersed in the
60s, a period where “painting felt hurt”. They were a conspiracy, i.e., “a
novice painters group who created modern pictures without social implication”,
remembered the contemporary creator.
Oehlen defended his opinion of not attributing a
meaning to his exhibition, inciting the public to look for themselves behind the
images and to give more value to the whys and hows, “I simply see what has been
accomplished and I look for what is lacking”. Without hesitation and with total
conviction he affirmed that 50% of the abstract
expressionism is attributable to his professional career.
His immersion in the abstraction began in 1988 when he
decided to settle in Andalucía with another member of the ‘enfants terribles’
generation, Kippenberger. “It was a period when all my oil paintings were
ugly”, admitted the owner of a study in Bermeo. After days and nights of
coexistence and combined reflection, they came to the conclusion that their
only desire was getting a change, but differently from his friend and professor
of the University of Kassel, being loyal to the painting.
In 1992 he started a challenge, i.e., going in depth
of the movements carried out by the hand with the mouse. ‘Computer Paintings’
had not supposed the abandonment of painting as the principal technique. Oehlen created drawings in black and
white with the mouse of the first computers taking advantage of the pixelatings
because of the low quality. Then he elaborated serigraphs and painted them on
the canvas.
The last part of the exhibition focuses on ‘Trees’.
Created on polyethylene sheets, the artist launches a matter which is still
present inside him, “in which point the tree stops being a tree and turns into
an abstraction?”. This series presents images with black arboreal structures on
bases where magenta predominates.
Alba Ariz Rodríguez
Translation review: Gianni Nanula
No comments:
Post a Comment