“El Ciudadano Ilustre” es una
comedia dramática dirigida por Gastón Duprat
y Mariano
Cohn y escrita por
Andrés
Duprat. Está protagonizada por Oscar Martínez,
que da vida a Daniel
Mantovani,
un escritor Argentino que se traslada con veinte años a vivir a Europa tres
décadas después, tras haber recibido el premio Nobel de la Literatura, es
invitado por su pueblo natal, Salas, a acudir a su nombramiento de “Ciudadano
Ilustre”.
Como bien se indica al principio del film, los
libros de Mantovani están inspirados en los ciudadanos y la vida de su pueblo
natal, al que no ha vuelto desde que se fue, por lo que la invitación que
recibe parece despertar en él viejos fantasmas que creía perdidos. Tal vez la
curiosidad de volver a ver a quienes alguna vez amo o el volver a las mismas
calles con un nombre y una gloria que ahora lo rodea sean algunas de las
razones por las que el protagonista de esta historia decide volver a su pequeño
pueblo, donde nunca cambia nada.
Una vez decidido el camino a tomar, Mantovani viaja a Salas desde Barcelona, y como suele ser habitual, a su llegada al pueblo, su regreso triunfal parece haber hecho que todos los ciudadanos le quieran y deseen compartir con él algunos instantes. Sin embargo, con el paso del tiempo en la película veremos como las razones que lo llevaron una vez a abandonar su lugar de nacimiento vuelven a salir a la luz, creando una atmósfera de tensión y crítica, en este caso a la sociedad argentina, que tampoco dista tanto de ser nuestra propia sociedad ni de nuestros propios conflictos.
Sin duda alguna, cualquier persona, ligada a los conflictos sociales especialmente, verá en este personaje un reflejo de sí mismo. Abandonar un pequeño pueblo donde no pasa el tiempo, dejar a amigos y amores que sabemos no pueden llenar una profunda parte de nuestro ser y la esperanza y sueño que surge de ahí y el poder volver triunfales a donde una vez no encajamos para que todos vean lo que hemos logrado. Sin embargo, estas diferencias irreconciliables que se van desarrollando en clave de humor terminarán siendo mucho más que una razón para querer volver a salir de salas. A través de diversos enredos, situaciones incómodas y recreaciones satíricas de varios personajes, el final de está película, que tan imposible podía parecer al principio, acaba atrapando al espectador y haciéndole reflexionar sobre los múltiples temas de actualidad, que tienen que ver con el arte y la cultura, y que se asoman durante las diferentes escenas mezcladas con algo de humor para que no resulte tan difícil digerir nuestros propios errores.
Una vez decidido el camino a tomar, Mantovani viaja a Salas desde Barcelona, y como suele ser habitual, a su llegada al pueblo, su regreso triunfal parece haber hecho que todos los ciudadanos le quieran y deseen compartir con él algunos instantes. Sin embargo, con el paso del tiempo en la película veremos como las razones que lo llevaron una vez a abandonar su lugar de nacimiento vuelven a salir a la luz, creando una atmósfera de tensión y crítica, en este caso a la sociedad argentina, que tampoco dista tanto de ser nuestra propia sociedad ni de nuestros propios conflictos.
Sin duda alguna, cualquier persona, ligada a los conflictos sociales especialmente, verá en este personaje un reflejo de sí mismo. Abandonar un pequeño pueblo donde no pasa el tiempo, dejar a amigos y amores que sabemos no pueden llenar una profunda parte de nuestro ser y la esperanza y sueño que surge de ahí y el poder volver triunfales a donde una vez no encajamos para que todos vean lo que hemos logrado. Sin embargo, estas diferencias irreconciliables que se van desarrollando en clave de humor terminarán siendo mucho más que una razón para querer volver a salir de salas. A través de diversos enredos, situaciones incómodas y recreaciones satíricas de varios personajes, el final de está película, que tan imposible podía parecer al principio, acaba atrapando al espectador y haciéndole reflexionar sobre los múltiples temas de actualidad, que tienen que ver con el arte y la cultura, y que se asoman durante las diferentes escenas mezcladas con algo de humor para que no resulte tan difícil digerir nuestros propios errores.
Esta producción, se trata de todo un ensayo de
reflexión. El guion, fluido y con mucha naturalidad en la forma de interactuar
de los personajes, supone un gran acierto en la recreación de lo que es un
pueblo pequeño aquí, en Argentina y en todos los lugares del mundo. Sin
embargo, todos los personajes pertenecen a arquetipos y no terminan de
desarrollarse en ninguna dirección, incluso el protagonista vive la historia
sin asumir demasiados cambios en su personalidad. Hay que reconocer que es este
uso de personajes tipo lo que ayuda al humor y a sus situaciones cómicas.
Por otra parte, el mayor fallo de esta película, a
pesar del gran acierto con el que comienza y se desarrolla hasta poco después,
es que los conflictos que van surgiendo se van haciendo demasiado evidentes y
predecibles. El final se va intuyendo desde poco más de la mitad de la
película, y aunque si bien el punto de clímax puede resultar estremecedor, el
final se resuelve de una forma demasiado correcta y dejando algunos cabos
sueltos de los que el espectador posiblemente se pregunte al salir de la sala.
Si bien todo el film cuenta con un buen tempo y está
bien distribuido, la parte final, donde se desata la locura parece olvidar esto
y acaba sucediéndose de una forma extremadamente rápida y veloz, como un
disparo.
Por otra parte, el uso de la cámara, los planos y la
fotografía acaban convirtiéndose en un elemento más de la narración de la
película. El uso de éstos fuera de la película serían más que cuestionables en
calidad y composición cinematográfica. Sin embargo, en el film funcionan como
un pequeño engranaje más para mostrar lo desastroso, lo atrasado del pueblo,
reforzando a que el espectador, de una forma sutil, acabe compartiendo la
visión del protagonista a cerca de la gente
del pueblo, su sistema y la sensación de atraso.
Lo que más cabe destacar de esta película es el
haber logrado un relato divertido, lleno de humor y sátira pero que no queda
vacío para el espectador, sino que es un gran ensayo de reflexión a cerca del
arte y la cultura de una forma global, de la figura del artista y del atraso en
aquellas personas que creen que a la cultura “hace falta protegerla”. El film,
no acaba siendo nada más que un pequeño cuento de fábula en la que el artística
nos habla a nosotros, espectadores, que acaban riéndose de sí mismos al ver a
los personajes del pueblo, que tan bien nos representan sin nosotros saberlo.
THE ILLUSTROUS CITIZEN
“The illustrious citizen” is a comedy-drama directed by Gastón Duprat
and Mariano Cohn, and written byAndrés
Duprat. Oscar Martínez plays the leading
role giving life toDaniel
Mantovani, an Argentinian writer who moves to
Europe in his twenties. After three decades he is awarded with the Nobel prize
of literature and is invited by his hometown, Salas, to receive the title: “The
Illustrious Citizen”.
Mantovani’s books are inspired by everyday
lifestyle and the citizens living in his hometown- a place he has not returned
to since his departure for Europe. His arrival back home awakens old ghosts
that were thought to have been lost forever. While carrying the feelings of
nostalgia and the possibility of seeing old lovers and walking down familiar
streets, Mantovani decides with his newfound glory that he wants to return back
to his small town, where nothing ever changes.
With careful planning Mantovani travels to
Salas from Barcelona and is quickly greeted by every citizen with love and
their desire to spend time with him. However, as the film progresses, his
triumphal reappearance begins to fall heavy on him as he is soon reminded by
all the reasons that made him want to leave his hometown in the first place.
This provokes tension and allows for a critique on Argentinian society, echoing
our own society and conflicts today.
It is expected that many people,
especially those involved in art and in social conflicts, will sought out
parallels and look for reflections of their own selves within Mantovani’s
character. Drawing from the idea of: abandoning a little town where time seems
to stand still, leaving friends and loved ones behind because they will never
fulfil anything deep or meaningful; where hope and fantasies of coming back
home successful outweighs the memories of being different and an outcast,
proving to others of their true capabilities. Nevertheless, the irreconcilable
differences will dictate Mantovani’s reasons for leaving Salas once again.
Through the use of misunderstandings,
uncomfortable situations, mixing comedy and satirical devices from some of the
characters, the film wins the viewer’s attention until the very end by opening
up multiple topics, such as art and culture, that are prevalent in today’s
society. It is obvious that the film serves to provoke the viewers with
questions, allowing to open up discussions through criticism. The script is
fluid and natural in the way that characters interact with each other. The film
is able to inhabit the nuances that belong to small towns in Argentina and in
the rest of the world.
However, all the characters belong to
common stereotypes. Their personalities and goals do not develop throughout the
duration of the film, even Mantovani remains barely unchanged at the end. But,
these are devices that allow the gags during the film to work. On the other
hand, the film’s biggest flaw is that the middle part of the storyline, the
conflicts become predictable. Despite the shocking climax, the ending can be
anticipated and it felt rushed by finishing too quickly. Therefore, even if the
whole film has a good and well balanced rhythm, the final part, where the
madness is untied, develops too fast, almost like a gunshot. This might leave
viewers confused, wondering how certain things got resolved, as they exit from
the cinema.
The
film’s use of cinematography and camera-work also ends up being a vital part of
the story’s narration, highlighting the quality and composition. They add to
the story by acting like cogs in a machine, pushing and turning to reveal the
disaster and the backwardness of the town. This is to enhance the feeling of
how the viewer, along with Mantovani, observes the town’s citizens, their
system and the feeling of being slow and lethargic. Nevertheless, what stands
out the most from the film is that it has created a funny story, full of
satirical humour, and the ability to reflect on art and culture in a global
way. Challenging the image of the artist and the backwardness of those people
that believe culture “has to be protected”. Through this method, the film
becomes a tale in which the artist talks to the viewers, and is able to have
them laugh at themselves while watching the characters of the town that reflect
the people of today, without them noticing.
Itsaso Pol
Translation review: Gianni Nanula
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