Apr 24, 2013

¿Nueva época de juegos móviles?



El fenómeno que hemos podido observar en los últimos meses en las tecnologías móviles es justamente contrario a lo que ya lleva muchos años ocurriendo con los ordenadores: el hardware del que disponemos se queda muchas veces inútil porque no hay software que pueda usar toda su capacidad. La evidencia más clara son los juegos móviles que progresan muy paulatinamente condenándonos a jugar a juegos tipo Angry Birds en dispositivos casi tan potentes como las consolas.

Nos alegra por tanto y se merece unas cuantas palabras cada intento de romper con esta visión de juegos para niños, para pasar un rato en la sala de espera antes de ver al médico o para jugar atrapado en un atasco (por supuesto, no se lo recomendamos a nadie – conduciendo hay que estar atento ;-) ).  El caso más reciente es la nueva creación de Uppercut Games – EPOCH.
La empresa no tiene más de dos años y casi ningún título relevante en su cartera sin embargo desde el principio se lanzó a enfrentarse con el género más difícil de plantear en las pantallas táctiles, creando un fps ambientado en el futuro y con un robot mortífero como el protagonista principal.
Los que seguimos el desarrollo de este tipo de juegos en Android en este momento ya estamos pensando bien en un mogollón de botoncitos que por poco cubren la pantalla completa, bien en un sistema de auto-apuntamiento por el que el juego se merece casi cualquier calificativo, menos el de hardcore. EPOCH sin embargo plantea la lucha en planos tridimensionales, limitando el movimiento a 2D.

Nuestro protagonista en su camino hacia la liberación de una princesa (una cliché muy graciosa) se enfrenta a varios tipos de enemigos con distintas características y habilidades, siempre desplazándose entre tres elementos (uno en centro, uno a la derecha y uno a la izquierda) del escenario que puedan darle protección. Este sistema, conocido de los juegos más antiguos, gracias a las posibilidades visuales de Unreal Engine, al dinamismo del gameplay y cierto toque estratégico en la jerarquización de enemigos no tiene nada de anacrónico y quizás pueda ser una respuesta a las necesidades de las pantallas de nuestros smartphones.
El juego, independientemente del juego de palabras que hace el título con la polivalía de la palabra Epoch en inglés, no es revolucionario. Adolece de los mismos fallos que ya hemos visto tantas veces en las producciones para Android, siendo el argumento (o mejor dicho su inexistencia) el mayor de ellos. No obstante, teniendo en cuenta que es el hijo primogénito de Uppercut Games y  que ya logró venderse en más de un millón de ejemplares sería un error tacharlo de antemano.
Przemysław Czerklewicz

A New Era in Mobile Phone Games?

The recent phenomenon in mobile technologies is the opposite of what we have been experiencing for various years with our PCs: the hardware that we have is frequently useless as there is no software capable of using its full capacity. The most painful and obvious example are mobile games whose slow development makes us play casual games like Angry Birds on our devices, almost as powerful as high-end consoles.
 
Therefore we are always happy to spend some time discussing every attempt to dispel the myth of Android games only being good enough to entertain your kid or you yourself while waiting for a visit to a doctor or stuck in a traffic jam (a thing that we obviously do not recommend – always drive safely). The most recent example is the newest creation from Uppercut Games – EPOCH.
 
The studio, that had its second birthday not long ago and has virtually no relevant titles among its productions, decided to bravely tackle the genre most difficult to port to touchscreens, creating an fps set in the future with a lethal robot as the main protagonist.
 
Those of us that follow the development of these types of games on Android would have probably already thought about this annoying console-like on-screen buttons that cover nearly the entire screen or about the famous auto-aiming system that makes a game deserve every single adjective but “hardcore.” EPOCH nevertheless sets the fight in 3D, at the same time limiting the possibility of movement to 2D.
 
Our hero, on his way to save the princess (very amusing cliché, if you ask me), faces many enemies of multiple abilities and characters but is always moving between three elements (one in the middle of the screen, one on the right, one on the left) behind which he can catch his breath and reload ammo. This system, used since the first shooters, might well be the answer to our smartphones´ needs thanks to visual possibilities of the Unreal Engine, gameplay´s dynamism and a bit of strategy required.
 
The game, in spite of playing with the multidimensional meaning of the word “epoch,” isn´t revolutionary. It clearly inherits many of typical problems of mobile shooters, the plot (or rather the lack of one) being the major flaw. However, as Uppercut Games´ first-born child, which has already hit one million sales, it should be given a chance. I am convinced we will not regret it.
 
Przemysław Czerklewicz
Translator review: Yolanda Solo.

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