Dec 10, 2013

Carrie, otro remake

Si echamos un vistazo a la larga lista de súper producciones con el sello hollywoodiense que han aterrizado en nuestras salas en los últimos años, podemos observar que muchas de ellas se materializan gracias a una versión  original anterior, un éxito apabullante que arrasó taquillas en tiempos pretéritos y que en la actualidad parece una vía de escape para esos guionistas a los que quizá les valga eso de, “ya está todo inventado…”, y quién sabe si con esta y alguna que  otra millonaria excusa  por parte de la productora, vean factible eso de ponerse manos a la obra para dar forma a eso que nos es tan familiar en estos tiempos y que hemos ya adoptado casi como nuestro con el anglicismo  “remake”.

 El hecho evidente de estar ante la adaptación de un trabajo original visionado y revisionado en tantas ocasiones, resta algún punto a la hora de hacer saltar ese resorte motivador que nos empuje con suficiente energía hacia la sala de cine más cercana. Por otra parte, es de suponer que la epidemia de adaptaciones de arcaicas y exitosas cintas que padecemos de un tiempo a esta parte contenga una serie de  motivadores elementos en los cuales los  responsables de cualquier proyecto cinematográfico depositen su fe una y otra vez, haciendo válido eso de que  una cinta ganadora  puede volverlo a ser en la actualidad maquillando formas y recurriendo a nuevas promesas o consagrados actores que pongan esa chispa necesaria para ablandar las siempre temidas críticas. 


En 1976 Brian de Palma adapta para la gran pantalla con gran éxito la novela de Stephen King, "Carrie", que desembocará en un secuela televisiva en 2002, "Carrie 2: La ira", y que a su vez remodelada y acicalada en consonancia con las  exigencias contemporáneas de este 2013, ha derivado en el estreno estos días en las salas de medio mundo, de la hasta ahora última adaptación de este clásico del género de terror. 

Bajo la batuta de Kimberly Peirce y con la colaboración de una jovencita Chloë Grace Moretz en el papel principal (Carrie White), junto con una incontestable Julianne Moore interpretando a su madre (Margaret White), comparaciones aparte, odiosas o no, esta nueva “Carrie”, no va más allá de esa línea fiable y segura que  no es otra que la de recalcar los puntos fuertes de sus antecesoras. Fastuosos baños de sangre, el aprovechamiento lógico de las más modernas técnicas en efectos especiales para revalorizar unos súper poderes que en definitiva no aportan mucho más a lo que de Palma dejó atado y bien atado hace unas décadas. El añadido casi obligado de las redes sociales, en parte acertado si contemplamos un mayor rendimiento económico en taquilla, tampoco hace implementar esa mofa social bien definida en versiones anteriores.


Nada nuevo bajo el sol, salvo por algún apunte interesante en la interpretación en esa relación enfermiza que mantienen madre e hija, y que la directora ha querido subrayar convirtiéndola en uno de los puntales clave en esta última de momento adaptación, de otro de los muchos grandes clásicos que sugieren tan sutilmente ese comercial pero poco aleccionador remake. 

 Carlos Pérez

                                        Carrie: Just Another Remake


If we take a look at the long list of Hollywood super-productions that have arrived at our movies in the last few years, we can see that many of them come true thanks to an earlier original version which was an overwhelming success and a box office hit in past times. However, today it seems a way of escaping for those writers who perhaps believe that "everything is invented..." and who knows if using this and any other millionaire excuse by the producer, it seems feasible to get on with it and give form to what is becoming so familiar these days and we have already adopted in Spain under the Anglicism "remake".

The evident fact of being before the adaptation of an original work viewed over and over again, decrease that motivation that pushes us to the nearest movie theater. On the other hand, the epidemic of adaptations of archaic and successful films that we are suffering these days presumably contains a number of motivating elements so that the responsible for any film project puts his faith in again and again, making an awarded film successful again making up forms and resorting to new promises or renowned actors to put that necessary spark to soften the feared criticism.

In 1976, Brian de Palma adapts successfully the novel "Carrie", by Stephen King, which culminated in a television sequel in 2002: "The Rage: Carrie 2". The last adaptation of this classic of the horror genre, always according to the contemporary demands of this year 2013, has resulted in the film premiere in cinemas of half the world. Under the lead of Kimberly Peirce and with the collaboration of a young Chloë Grace Moretz as the main character (Carrie White), along with Julianne Moore as her mother (Margaret White), comparisons aside, odious or not, the film( Carrie 2013)  does not goes beyond that reliable and secure line which is emphasize the strengths of its predecessors: lavish bloodsheds, the logical use of the most modern special effects techniques to reappraise superpowers that do not contribute much to what de Palma made a few decades ago. The almost compulsory social networks, partly successful taking into account the higher benefits at the box office, do not implement this well-defined social mockery in earlier versions.

There is nothing new under the sun, except for some interesting points related to that unhealthy relationship between mother and daughter, which the director has wanted to emphasize turning it into one of the keys of this last adaptation of one of the many films that so subtly suggest that commercial and not instructive remake.


Carlos Pérez

Translation review: Elvira Salinas

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