De la balsa de aceite
tan delicada y frágil en la que cada día basamos nuestra experiencia vital,
convenciéndonos erróneamente de lo inexpugnable de nuestra posición ante
posibles tsunamis sentimentales, que darán al traste con un castillo de arena
que ya desde un principio se desmoronaba sin que el propio dueño se percatase
de tan grave ruina; trata esta adaptación cinematográfica de la pieza teatral
del premio Pulitzer 2008, Tracy Letts.
“Agosto”,
es una alegoría del esperpento que resulta de dar rienda suelta a esos demonios
que el más impoluto de los mortales arrastra a lo largo de su vida y que con el
detonante adecuado y sin previo aviso, estalla provocando a su vez una reacción
en cadena, digna de la guerra más encarnizada.
Sin perder ese carácter
sobrio tan propio del escenario teatral, y a la vez impregnándose de las virtudes que esto le proporciona, el
film se posa acertadamente en esa línea divisoria que se da entre cine y teatro, aportándonos
los favores siempre agradecidos de ambas disciplinas.
El creador de la serie “Urgencias”, Jhon Wells,
es el encargado a su vez de dirigir un
nutrido elenco, (hasta doce actores), que en las casi dos horas de metraje de
la cinta, convencen a un espectador inmerso en este caos familiar, sin la
necesidad casi imperiosa en estos tiempos, de
introducir elementos sangrientos o de similar poder de abducción que
asegure que la butaca no acabe convertida en
un improvisado lecho.
Papeles inconmensurables
sólo pueden ser interpretados por actores de la misma talla, y Violet
Weston es de esos personajes a los que hay que mimar especialmente. Hay que
proporcionarles, como a un niño superdotado todo lo necesario para que su
desarrollo sea pleno. Son los que provocan esa catarsis que hacen de un film
bueno, uno mucho mejor. Y aquí entra Meryl Streep,
nadie como ella podía dar vida a una señora Weston, histriónica, amargada, estridente, destrozada
por las drogas, por el cáncer y sobre
todo por las desavenencias de una familia con la que hace tiempo quería ajustar
cuentas.
El resto del reparto,
excepcional, donde se percibe ese talento perfeccionado por los años en
veteranos de la gran pantalla como Julia Roberts,
Ewan
Mcgregor, Chris Cooper,
Juliette
Lewis, Margo Martindale
o Benedict Cumberbacht.
Destacar escenas como la
reunión familiar en la mesa, donde se degusta según una adolescente Jean
Fordham ( Abigail
Breslin), el miedo en forma de carne, un miedo a
la soledad, al fracaso, a enfrentar fantasmas del pasado, y que cada uno
intenta disimular con esa risa tonta tan ridícula como delatora.
Gran historia, cruda y
visceral, en la que el arte de la interpretación luce sus mejores galas.
Carlos Pérez
August: Osage County
The delicate and fragile calm sea on which we base our
daily life experience, by convincing us erroneously of how unassailable our status
is in case of sentimental tsunamis; tsunamis that will sweep away a sand castle
that was collapsing from the beginning without the owner realizing. That is
what this film adaptation of the play of the
2008 Pulitzer Prize by Tracy Letts is about. "August: Osage County", is a look at the lives of the strong-willed
women of the Weston family, whose paths have diverged until a family crisis
brings them back to the Oklahoma house they grew up in, and to the
dysfunctional woman who raised them. Without losing that so sober character of
the theatrical stage and at the same time soaking up the virtues of a play, the
film is right between cinema and theatre, providing us with the advantages of
both disciplines.
The creator of the series "Emergency", John
Wells, is the
responsible for direct a large cast (up to twelve actors) that in the nearly
two hours of footage, impress spectators
with this family chaos, without the almost urgent need in these times of
introducing bloody scenes that ensure that the armchair will not become a
makeshift bed.
Great roles can only be played by great actors, and Violet Weston is one of those
characters who must be especially pampered. They should be provided, as a
gifted child, with everything needed to make their development complete. They
cause that catharsis that turns a good film into a great. And here enters Meryl Sreep. Nobody but her could bring to Mrs. Weston to life: a
woman , shattered by drugs, cancer and the rifts of a family that needed to
settle the score, and with a histrionic, bitter character.
The rest of the cast, outstanding, lets us perceive
that talent, honed by years in the big screen, of established actors such as Julia Roberts, Ewan
Mcgregor, Chris Cooper, Juliette
Lewis, Margo
Martindale or Benedict Cumberbacht.
The scene of the family gathering around the table
should be noted. Here, according to a teenage Jean Fordham (Abigail Breslin), they are eating fear in the form of meat: fear of
loneliness, failure, fear of facing the ghosts of the past; a fear that
everyone tries to disguise with a ridiculous and incriminating silly laugh.
Carlos Pérez
Translation review: Elvira Salinas.
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