Cuando citamos
tópicas frases tales como, tal o cual actor encarna o se mete perfectamente en
la piel de tal o cual personaje, no solamente aludimos al hecho de que se plasmen
todas las características que ese papel requiere en cuanto al boceto de
personalidad que el director ha pensado para que el resultado final sea el mejor de los
posibles, sino que para que el producto final resulte del todo convincente se
hace a veces un especial hincapié en el aspecto físico, a la hora de emular obsesiva
y escrupulosamente demacradas, obesas o esculturales figuras.
Para llegar
a calcar literalmente actitud y anatomía
del personaje en cuestión, el actor o actriz de turno debe someterse por esa
máxima clásica que se especifica en la cláusula número tal del apartado cual referente
a exigencias del guión, a intensivos entrenamientos y estrictas dietas, bien
para aumentar o bien para perder esos kilos de más o de menos que le separan de
encajar como un guante en la piel que debe encarnar, suponiendo esto, aparte de
un gran sacrificio, el riesgo evidente que esto conlleva en muchas ocasiones para
la salud.
El hecho de no
reconocer a un actor en una cinta determinada con respecto a otra en la que ha
tenido que ganar o perder importantes cantidades de masa corporal, ya no es un hecho aislado, no digamos casi inverosímil
hace unas décadas, cuando el profesional que posaba delante de la cámara hacía
gala de su palmito y de ningún otro que la productora pudiera sugerirle. Hoy en
día son cada vez más los profesionales que siguiendo por qué no, aparte de lo
estipulado en su contrato, también tendencias de moda, en las que los cambios
físicos están a la orden del día, y eso de exhibir una vigorosa musculación o
de lucir la anorexia más demacrada para inmediatamente después en el siguiente
film aparecer con un look del todo rollizo, es una herramienta de marketing más
con la que cuenta el actor para su imperiosa promoción particular.
Ejemplos
relevantes de estos llamativos e impresionantes cambios físicos los encontramos
en el reciente oscarizado Matthew McCnaughey
que debe perder 23 Kg al encarnar al enfermo de sida Ron Wood Roof en “Dallas Buyer Club”,
de igual modo su compañero de reparto Jared Leto
baja otros 14 Kg quedándose en unos exiguos 52 Kg.
Christian Bale
en “El
maquinista”, baja a 50 Kg, perdiendo 28 Kg ,
consecuencia de una estricta dieta a base de una taza de café sin azúcar y una
manzana al día durante cuatro meses. Como contrapunto ganó esos mismos kilos y
algunos más de masa muscular, en “Batman
Begins”.
Charlize Theron
en “Monster”, ganó 15
Kg, usó prótesis en la cara y en diversas partes del cuerpo. Esta circunstancia
pondría algún punto más a su casillero de opciones al tan merecido Oscar con el que fue
galardonada.
Tom Hanks en “Náufrago”,
perdió más de 20 Kg desarrollando un papel en el que la falta de alimentos
durante un prolongado tiempo debía plasmarse sí o sí en el físico del
personaje.
Robert de Niro
en “Toro
Salvaje”, ganó 30 Kg encarnando a Jake la
Mota, cuando el cambio de los guantes por una vida excelsa y suculentas
viandas, es de notoria evidencia.
Will Smith
en “Ali”,
sube 25 Kg de masa muscular gracias a un duro entrenamiento al que se sometería
durante varios meses para poder emular a
todo un legendario peso pesado en muchos aspectos.
Se quedan en el
tintero otros tantos ejemplos del admirable sacrificio que el artista es capaz
de realizar en pos siempre de un gran espectáculo.
Carlos Pérez
Praiseworthy
physical transformations
When we quote phrases such as this actor plays or gets
perfectly into the skin of a character, we are referring not only to the fact
that all the features that this role requires in terms of the sketch created by
the director are reflected, but also the physical appearance is important to
make the final product fully convincing ,when it comes to emulate obsessive and
scrupulously emaciated, obese or sculptural figures.
To get to literally trace attitude and anatomy of a
certain character, the actor or actress must go on strict diets and train
intensively according to script requirements, either to increase or to lose that
weight which separate it from the perfect shape which, apart from a great
sacrifice, entails a great risk in terms of health.
Not recognizing an actor or an actress in a certain
movie regarding another one in which he/she had to win or lose much weight, is
not an isolated fact, although it was almost implausible some decades ago, when
the professionals who posed in front of the camera showed his/her body and no
other required by the producer. Nowadays, the body shape is not only a script
requirement or a trend, but also an advertising tool used for their promotion. We
can find examples of these flashy and impressive physical changes we find in
the recent Oscar-winner Matthew McCnaughey that should lose 23 Kg to embody the AIDS patient Ron Wood Roof in
"Dallas Buyer Club", also starring Jared Leto teammate lost another 14 Kg reaching 52 Kg.
Christian Bale
in "The machinist", weighted 50 Kg, losing up to 28 Kg, result of a
strict diet consisting of a cup of coffee, no sugar, and an apple a day during four
months. As a counterpoint, he won those same pounds and some more muscle mass
in "Batman Begins".
Charlize Theron in "Monster", won 15 Kg, used prostheses in the face and different
parts of the body. This circumstance would score points to be awarded that
well-deserved Oscar.
Tom Hanks
in "Cast Away", lost more than 20 pounds, as he had to reflect the
lack of food for a prolonged time. Robert de Niro
in "Raging bull", won 30 Kg incarnating Jake la Mota. Will Smith
in "Ali", won up to 25 Kg of muscle mass through a hard workout
that would be submitted for several months to be able to emulate a legendary
heavyweight in many aspects.
So many
examples of the admirable sacrifice that an artist is able to do in pursuit of
a great show are still left out.
Carlos
Pérez
Translation
review: Elvira Salinas
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