Mar 20, 2014

Series con autenticidad propia


Enorme es la satisfacción y el cosquilleo gratificante que nos recorre de arriba abajo, cuando descubrimos, en esa búsqueda poco ilusionante a sabiendas de que el ejercicio del zapping nos llevará la mayoría de las veces a un despropósito tras otro en nuestra más que mermada y paupérrima parrilla televisiva, cuando nos damos de bruces  con una serie que poco o nada tiene que ver con el formato de producto comercial elaborado casi exclusivamente para elevar sea como fuere el nivel de audiencia. “True Detective”,  quizá rebase esa línea que está fuera del alcance del televidente que se contenta con algo menos sofisticado y fácil de digerir, para adentrarse mucho más allá y subir un peldaño en esa escala de calidades en la que esta suculenta vianda se reserva solamente para grandes gourmets. Y es que hay que pertrecharse con el mejor equipo para ponerse a degustar un plato fuerte como el que nos ofrece Nic Pizzolatto. Nada de medias tintas, ni de mirar de reojo la pequeña pantalla, en esto de prestar atención a lo que los responsables de la serie han mimado en exceso para que cada detalle requiera la mayor concentración posible.

Podríamos sugerir tópicos anodinos como el de, “lo bueno si breve, dos veces bueno”, aunque en esta ocasión  saben a poco los ocho capítulos de los que consta esta primera temporada que se saldó con récord de audiencia en HBO, 4,9 millones de espectadores.

La fórmula magistral de hacer recaer el peso específico de la serie en los dos protagonistas (Matthew McConaughey y  Woody Harrelson), dos actores en estado de gracia, (aludimos al recién oscarizado McConaughey), es uno de los engranajes mejor engrasados con los que el director Cary Fukunaga cuenta a la hora de encandilar a propios y extraños en ese extenso intervalo de tiempo (1995-2012) en el que los cambios en la vida personal de los personajes deben verse reflejados.

Paisajes idílicos, planos secuencia de los que nunca nos cansaríamos de volver a visionar, embebidos por una banda sonora a cargo del incontestable T.Bone Burnett, que pone la guinda o quizá en esta ocasión algo más, con canciones de Dylan, Nick Cave o Bo Diddley . El tema de los títulos de crédito, “Far from any road”, de The Handsome family, ya no podría subsistir sin el soporte visual al que acompaña. De igual modo el tema final, “The angry river”, representa ese halo hipnótico que de alguna manera envuelve a la serie.

A esto le sumamos las referencias literarias de las que está influenciada la serie.”The King in yellow”, de Robert W. Chambers, otros autores como Raymond Chandler, H.P.Lovecraft o Nietzsche. Otro punto de inflexión del que obviamente debe partir un trabajo que pretende sobresalir del resto.

Naturalmente, ya se cuece una segunda temporada en la que según declaraciones de los protagonistas, no serán ellos quienes encarnen esta vez a los dos detectives, pero sí que Pizzolatto dejó caer lo siguiente: “Es muy pronto, pero os digo que irá de mujeres duras, hombres malos y la historia secreta del sistema de transportes de EE.UU”. 

Carlos Pérez
 

Series with own authenticity


Huge is the satisfaction and the rewarding tickling that crosses us from head to toe when, while zapping, we discover a series that has little or nothing to do with the format of commercial product produced almost exclusively to raise the level of audience. "True Detective" may cross that line which is out of reach of the viewer who is content with something less sophisticated, easy to digest. It goes far beyond and climbs a rung of that scale of qualities where this succulent food is reserved only for gourmets. And one’s got to provide oneself with the best equipment to get to taste a dish like the one who Nic Pizzolatto is offering us. The responsible for the series have pampered excessively every detail so that it requires the highest concentration.

We could suggest bland topics like, "What's good, when brief, is twice as good", although in this occasion the eight chapters of this season, which ended with a record of audience on HBO, 4.9 million viewers, are not enough.

The ingenious formula of focusing the series on the two protagonists (Matthew McConaughey and Woody Harrelson), two actors in State of grace, (McConaughey has been awarded an Oscar), is one of the director’s key, Cary Fukunaga, to dazzle friends and strangers in that extensive interval of time (1995-2012) on which the changes in the personal lives of the characters must be reflected.

Idyllic landscapes, sequences that you can’t get enough of, a great soundtrack by T.Bone Burnett, which is just icing on the cake or perhaps on this occasion something more, with songs by Dylan, Nick Cave and Bo Diddley. The opening song, "Far from any road", by The Handsome family, couldn’t survive anymore without visual support. In the same way the closing theme, "The angry river", represents this hypnotic aura that somehow involves the series.

In addition, there are many literary references that influence the series. "The King in yellow" by Robert W. Chambers another authors such as Raymond Chandler, H.P.Lovecraft or Nietzsche; another turning point to be taken into account for a series which wants to stand out from the rest.

Naturally there will be a second season but according to the protagonists’ statements, they will not embody this time the two detectives, but Pizzolatto said the following: "it is very soon, but I say unto you, that it shall be about women, evil men and the secret story of the system of transport of the US".

 

Carlos Pérez

Translation review: Elvira Salinas

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