La que promete ser la mejor película de terror del año Black Phone, En su estreno en Estados unidos ha sido un éxito en taquilla, algo que era de esperarse, tratándose de una película de terror para adultos. Esta película de Scott Derrickson adapta un relato del escritor Joe Hill, hijo de Stephen King razón por la cual se hacen varios guiños en la película, a otras obras del rey del terror, tanto que en momentos parece un homenaje al icónico escritor.
Los globos negros, en lugar de rojos, una
niña con impermeable amarillo
corriendo bajo la lluvia, bullying en el colegio, bicicletas y pósters de niños
desaparecidos desplegados por todo el vecindario. El filme de Scott
Derrickson nos presenta a dos hermanos como protagonistas, Finney y Gwen Shaw,
a los que interpretan Mason
Thames y Madeleine McGraw
A él le persigue y le suele golpear un trío de abusones del instituto, y esta clase de chicos violentos aparecen
con frecuencia en los libros de Stephen King: como Chris Hargensen de Carrie (1974), el Ace Merrill de El
cuerpo (1982) y La tienda (1991) o el Henry Bowers y
sus colegas de It (1986).
El hecho de que el asesino sea un depredador de muchachos en plenos 70 nos lleva directamente a John Wayne Gacy, el asesino estadounidense al que se le llamó "El payaso asesino" porque hacía servicios sociales en desfiles y fiestas para niños vestido de payaso, donde se hacía llamar "Pogo el payaso". Incluso en el relato se disfrazaba de payaso. Aquí solo mantiene los globos, de color negro, pero su máscara pálida diabólica es una representación que recuerda mucho a Pennywise, que por cierto, fue inspirado en parte por Gacy. ‘Black Phone’ parece una gran reconstrucción postmoderna de la obra más famosa King, solo que con un aspecto realista y un monstruo real.
La cinta que sigue la historia de un niño de 13 años que es secuestrado y encerrado en un sótano con un teléfono negro pegado a la pared. El filme toma elementos sobrenaturales y de fantasía, sin embargo la historia está basada en un caso real. El 4 de diciembre de 1972, en California, Steven Stayner, un niño de 7 años, fue abordado Kenneth Parnell, un hombre que distribuía panfletos religiosos, cuando el niño se dirigía a su casa. El hombre se ofreció a llevarlo a su casa y lo secuestro.
Convenció a Steven de que sus padres no lo
querían y que tenía su custodia definitiva. El pequeño se vio obligado a
adoptar el nombre de Denis Parnell y
dirigirse a Kenneth como su padre, viviendo durante años diferentes tipos de
abusos.
En 1980, cuando Steven cumplió 14 años de
edad, Kenneth decidió secuestrar a otro niño, un pequeño de 5 años
llamado Timothy
White. Con la idea de que no Timothy no
sufriera lo mismo que él, Steven tomó al pequeño en una noche y escaparon
juntos.
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