La adaptación de las novelas gráficas de Alice Oseman ha tenido tanto éxito que ya ha sido renovada para una segunda y tercera temporada.
Victoria Sotomayor
Título original: Heartstopper
Dirección: Alice Oseman (creadora), Euros
Lyn
Año: 2022 (temporada 1)
Duración: 8 capítulos de 30 minutos
Nacionalidad: Reino Unido
Género: Serie de TV | Romance |
Adolescencia
Guion: Alice Oseman
Distribuidora: Netflix
Productora: See-Saw Films
Reparto: Joe Locke, Kit Connor, William
Gao, Corinna Brown, Kizzy Edgell, Tobie Donovan, Sebastian Croft, Yasmin
Finney, Cormac Hyde-Corrin, Olivia Coleman
Disponible en: Netflix
Quedan seis meses para
que acabe 2022 y sin embargo ya se puede afirmar que Heartstopper es
una de las series del año. Es cierto que su trama no es muy enrevesada. Tampoco
tiene escenas de acción, efectos especiales o un decorado muy elaborado. Sin
embargo, destaca precisamente porque su simpleza la hace real.
Heartstopper
gira en torno a dos chicos completamente diferentes entre sí. Charlie es un
genio y es abiertamente gay. Nick es un jugador de rugby con un gran corazón.
Un día, sus destinos se cruzan cuando deben sentarse juntos, comenzando así una
amistad en la que Charlie, sin esperarlo, se enamora perdidamente de Nick, aunque
ve imposible que surja algo entre ellos. Sin embargo, el amor funciona de forma
totalmente sorprendente.
Nunca una serie juvenil con la trama de “chico conoce a chico” había conseguido tener tan buenas críticas (dos meses después de su estreno sigue teniendo un 100% de aprobación en Rotten Tomatoes). Y es que nunca se había creado una serie donde la representación LGTBIQ+ fuese tan dedicada y respetuosa. Esto es lo que la hace especial.
La serie de Oseman cuenta
la historia de miles de adolescentes. Y lo hace con una representación
fidedigna, donde los más jóvenes se pueden ver identificados. No recurre al
drama, ni a estereotipos, ni convierte a los protagonistas en personajes
torturados por su sexualidad. Al contrario: fomenta esa diversidad y lo hace a
través de una serie tierna y emotiva. Muestra las dudas e inseguridades propias
de la adolescencia, así como problemas que muchos jóvenes viven a diario como la
ansiedad, el bullying o la masculinidad tóxica.
Y es que, entre cosas, la
serie persigue una función divulgativa sobre la concienciación de estos temas
entre la sociedad. Así pues, en Heartstopper se encontrarán muchos
momentos de apoyo emocional, ya sea por parte de los amigos de los
protagonistas o de sus familiares, aspecto que es básico en la vida de un
adolescente que está empezando a conocerse.
Desde lejos se puede ver que esta producción se ha hecho con cariño, cuidando todos los detalles, lo que contribuye a que la serie se vea y se sienta más real. Aunque gran parte de esto hay que agradecérselo al elenco.
A diferencia de otras
series juveniles donde los protagonistas están encarnados por veinteañeros (o
incluso treintañeros), el elenco de Heartstopper sí se aproxima a la
edad adolescente. Y si se habla de protagonistas es obligatorio mencionar a Kit
Connor (Nick), Joe Locke (Charlie) y la química que ambos comparten.
Las miradas, los gestos y ese nerviosismo consiguen traspasar la pantalla y atrapar
al espectador desde el minuto cero, evocando ese primer amor que la serie representa.
Algo interesante también
del reparto es que la sexualidad de los actores se corresponde a la de los
personajes que interpretan, lo cual ayuda a que esa visibilidad se haga más
palpable. De esta forma, la serie cuenta con representación de todo tipo: gay,
lesbiana, bisexual, transgénero… Y todos ellos con un propósito claro,
dedicando tiempo en pantalla a cada uno de estos. Porque sí, meter a un
personaje LGTB
solo por meter para que la serie parezca más inclusiva no
ayuda a una buena representación.
La serie no es solo bonita por su historia, también estéticamente. La paleta de colores usada tanto en la escenografía como en el vestuario transmite también esa cercanía y tranquilidad. Además, durante el desarrollo de los ocho capítulos se incluyen diversos recursos de animacion como corazones, hojas o fuegos artificiales. Esto no es más que un guiño a las novelas gráficas originales, lo cual ayuda a que la serie se vea más encantadora.
Y precisamente
como adaptación es un regalo. El hecho de que Alice Oseman haya sido la
encargada de dirigir el show ha hecho que la historia sea muy fiel a las
novelas gráficas y mantenga su esencia.
Así
pues, Heartstopper pone punto final a la adolescencia robada de las
generaciones pasadas del colectivo. Por fin los jóvenes
tendrán una serie llena de luz y colores que los represente sin esa imagen
tortuosa. Una serie básica pero muy necesaria para los tiempos que corren.
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